Mi historia menstrual
Desde pequeña detestaba la menstruación, y me parecía lo normal porque tampoco agradaba a las mujeres de mi familia, ni a mis 40 compañeras de clase en el colegio de monjas, en donde la menstruación era sinónimo de embarazo y pasar una compresa tenía más adrenalina que copiar en un examen.
Así pasé los primeros 15 años de mi vida menstrual, sin saber cómo funcionaba mi cuerpo, negando mi ciclicidad, sufriendo fuertes dolores (desmayándome a veces) y odiando muy fuerte a la bendita “regla”.
Tantos años da para mucho, durante esos casi 180 ciclos, estudié Pedagogía e Historia, emigré de mi país, fui madre y también anulé mi ciclo con la píldora anticonceptiva.
Hasta que en el año 2012 tras constantes malestares y una visita a neurólogo , mi visión sobre la salud femenina cambió por completo. Entendí que mi salud menstrual era un entramado complejo y sensible, una orquesta que para sonar bonito tiene que cuidar (y afinar) el conjunto de sus instrumentos.
Este diagnóstico fue la semilla para que me cuestionara el porqué de tanto secretismo, tabú e ignorancia frente al ciclo menstrual, la menstruación y todos los procesos relacionados con la salud sexual de las mujeres.
Razones para el analfabetismo menstrual hay muchas, pero solución solo una: EDUCACIÓN.
Fue así como a 29 años decidí cambiar mi trabajo, abandoné las aulas para dejar de enseñar sobre guerras, conflictos y grandes señores que han “cambiado la historia”, para dedicarme por completo a lo que realmente me hacia vibrar y unía las grandes pasiones de mi vida: la educación y la salud menstrual. Así nace Había una vez una mujer
“Conocer tu ciclo menstrual sana. Pero no solo sana lo físico y lo visible, también sana tus raíces y lo invisible, sana la relación que tienes contigo, dándote poder, libertad y bienestar.”
Después de 6 años y más de 1500 alumnas, el corazón de esta plataforma de autoconocimiento y aprendizaje se mantiene intacto y con más fuerza transformadora que nunca. Ha llegado el momento de abrir nuevos caminos Había una vez una mujer crece con la creación de la Escuela de Educadoras menstruales , para que la menstruación y el ciclo menstrual salgan del armario y dejen de ser “solo cosas de mujeres”.
9 curiosidades menstruales sobre mi
1. Todo comenzó un sábado 20 de enero del 96 con 12 años. ¿Cómo recuerdo la fecha exacta?, al día siguiente era el primer cumpleaños de mi primo y lo celebramos en la piscina. Como era de imaginar, no me dejaron tocar el agua (primer mito en la frente!, estar menstruando no te impide hacer absolutamente nada).
2, El “ya eres mujer” lo escuché tantas veces, que me lo creí. Entonces, para celebrar mi menarquia le pedí a mi padre de regalo unos tacones (nunca los usé de los incómodos que eran).
3. He convivido de pequeña con el dolor menstrual, recuerdo ver a mi madre sufrir muchos dolor y a mi abuela contar historias sobre el infierno que era tener la regla. También lo padecí durante mi adolescencia, tanto es así que desde el cole me mandaban a casa por las bajadas de tensión. Ahí entendí que el dolor no era normal por más que mi madre y mi abuela se empeñaran en naturalizar la situación “porque ser mujer es así”. sanarme y encontrar respuestas los problemas de las mujeres de mi entorno, fue el inicio de mi interés por entender cómo funcionaba el ciclo y qué me provocaba dolor (spoiler: el dolor menstrual no es hereditario)
4. Mi primer tampón lo usé casi a los 18 años, ni en casa, ni en el cole de monjas, me dieron información ni me animaban a usarlo porque “perdías la virginidad”. (fake news, no se pierde la virginidad. Lo que se debería perder es el anticuado concepto de “virginidad).
5. Desde el año 2015 uso la copa menstrual.
6. Amamanté a mi hija durante 18 meses, al poco volví a menstruar, o más bien, comenzaron 2 largos años de sangrado por deprivación por anticonceptivos (¿nunca te habían dicho que si tomas ACOS no tienes menstruación?)
7. Dejé de tomar los anticonceptivos por recomendación médica como parte de mi tratamiento neurológico contra la migraña (poco se habla de los efectos secundarios de los anticonceptivos hormonales).
8. Practico el sangrado libre o free bleeding hace un par de años.
9. Estudié 13 años con las mismas compañeras, y además de hacer contrabando de compresas, jurábamos que nuestra amistad era increíble porque menstruábamos a la vez. Lo que no sabíamos era que eso de la sincronización menstrual es un mito (Ilusas!, nos creímos el cuento, pero tiene una explicación, lee esto en el blog)